Como no se encuentran en el mercado durante todo el año, se pueden congelar después de sofreírlos con un poquito de aceite de oliva virgen, y si el congelador está a la temperatura correcta duran varios meses.
Los que nos venden en conserva no están fritos, sino cocidos, por el proceso de esterilización, y no tienen, ni por asomo, el mismo sabor.
FUENTE: Cristina Galiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si necesitas alguna aclaración, déjame tu comentario...